“Nosotros los que conocemos somos desconocidos para nosotros, nosotros mismos somos desconocidos para nosotros mismos: esto tiene un buen fundamento. No nos hemos buscado nunca, –¿cómo iba a suceder que un día nos encontrásemos? Con razón se ha dicho: ‘Donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón’; nuestro tesoro está allí donde se asientan las colmenas de nuestro conocimiento. Estamos siempre en camino hacia ellas cual animales alados de nacimiento y recolectores de miel del espíritu, nos preocupamos de corazón propiamente de una sola cosa –de ‘llevar a casa’ algo. En lo que se refiere, por lo demás, a la vida, a las denominadas ‘vivencias’, ¿quién de nosotros tiene siquiera suficiente seriedad para ellas? ¿O suficiente tiempo? Me temo que en tales asuntos jamás hemos prestado bien atención ‘al asunto’: ocurre precisamente que no tenemos allí nuestro corazón –¡y ni siquiera nuestro oído! Antes bien, así como un hombre divinamente distraído y absorto a quien el reloj acaba de atronarle fuertemente los oídos con sus doce campanadas del mediodía, se desvela de golpe y se pregunta ‘¿qué es lo que en realidad ha sonado ahí?’, así también nosotros nos frotamos a veces las orejas después de ocurridas las cosas y preguntamos, sorprendidos del todo, perplejos del todo, ‘¿qué es lo que en realidad hemos vivido ahí?’, más aún, ‘¿quiénes somos nosotros en realidad?’ y nos ponemos a contar con retraso, como hemos dicho, las doce vibrantes campanadas de nuestra vivencia, de nuestra vida, de nuestro ser –¡ay! y nos equivocamos en la cuenta... Necesariamente permanecemos extraños a nosotros mismos, no nos entendemos, tenemos que confundirnos con otros, en nosotros se cumple por siempre la frase que dice ‘cada uno es para sí mismo el más lejano’, –en lo que a nosotros se refiere no somos ‘los que conocemos’...”

Nietzsche, F. La genealogía de la moral, Prólogo, pp. 17 y ss.

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Ma. Eug.

Ángel de Lata

Una vez de visita por Rosario, conocí a este grupo de personas y a su proyecto y revista...







Del sitio oficial de Ángel de Lata, comparto con ustedes lo que ellos nos cuentan sobre su historia, objetivos y proyecto.



http://www.angeldelata.com.ar/





Breve historia del Grupo Ángel de Lata




Un grupo de personas que veníamos desarrollando actividades en torno a problemáticas específicas de la niñez y adolescencia, nucleados en la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC), organizamos una marcha que se denominó "Marcha de los chicos del Pueblo".


En esa movida, convocamos a participar al reconocido dibujante rosarino "el Tomi" (Tomás D'Espósito) para que ilustre unas pancartas. Fue ese artista local quien nos acercó la experiencia de la "La Luciérnaga", una publicación que trabaja con esa misma problemática en Córdoba y, a su vez, nos propuso construir una experiencia similar en la ciudad.
Así comenzamos a soñar con este proyecto y en julio de 2000 sale a la calle el primer número de la revista Ángel de lata.



"Pocho"


Además de la CTC, otras agrupaciones participaron activamente de la realización del Angel, como por ejemplo "Aire Libre" (Centro de Educación , Comunicación y Biblioteca Popular) o "La Vagancia" -nombre con que Claudio "Pocho" Lepratti bautizó al conjunto de pibes que se juntaban en el barrio Ludueña para realizar distinto tipo de actividades culturales y recreativas.
Pocho, el militante social asesinado por la policía santafesina el 19 de diciembre de 2001, le mostraba a los chicos un camino diferente a la droga y la comisaría, los invitaba a cantar, a escribir, a soñar y a reír. También a gritar, por eso quizás, el tiro fatal, ese que recibió en el techo de una escuela mientras pedía a los uniformados que no disparen porque "aquí hay pibes comiendo"; ese disparo fue en la garganta.


"Cambiamos buenas por malas, y al ángel de la bicicleta lo hicimos de lata. Felicidad por llanto. Ni la vida ni la muerte se rinden con cunas y cruces. Voy a cubrir tu lucha más que con flores. Voy a cuidar tu bondad más que con plegarias. Bajen las armas!!! Que aquí sólo hay pibes comiendo!!!", dice León en su "Angel de la Bicicleta".



El padre Edgardo Montaldo, padre por cura pero mucho más por sus décadas junto a los marginados de siempre en el barrio Ludueña escribió en el Nº 4 del Angel sobre la despedida de Claudio Lepratti: "...se acercaron dos policías de la comisaría: -El Sr. Comisario está preocupado por las connotaciones de este evento, dijo uno de ellos. -Al que vamos a velar es a Pocho, a quien un cana mató en su lugar de trabajo. Creo que Ud. es nuevo en esta comisaría. Quien conoce nuestra historia debe reconocer que muchísimos adolescentes y jóvenes del Barrio Ludueña no visitaron la "12" a pesar del negocio "intocable" de este lugar, como lo es la droga y la delincuencia. El testimonio y estímulo de este muchacho asesinado, los nucleó en proyectos y actividades propias de una vida en dignidad, buscando hacer realidad sus sueños juveniles. -Agradézcale al Sr. Comisario su preocupación. Pero, por favor, durante este acontecimiento, evite a presencia de ningún un uniforme policial.



Entre lágrimas, cantos y vítores se despidió al querido Pocho, cuando fue llevado rumbo a sus pagos.
Chau, Pocho! Hasta siempre."

Problemática
Frente al drama de la desocupación y su consecuente deterioro de los ámbitos de contención social, que expone a nuestros niños a una situación de violencia estructural y los lleva a establecer prácticas y estrategias de supervivencia involucradas en el sector no formal de la economía urbana, que a su vez les dificulta el desarrollo del aprendizaje en las instituciones escolares o en muchos casos los obliga directamente a desertar de ellas, nos planteamos la necesidad de llevar adelante un proyecto a partir del compromiso y protagonismo de niños y adolescentes en situación de calle y de extrema pobreza.



Una iniciativa con niños en esta situación, implica tomarlos como sujetos de derechos y como portadores de una subjetividad y una identidad atravesada por el trabajo. Por ese motivo, nuestro grupo creó en el año 2000 la revista Ángel de Lata, un emprendimiento cooperativo de trabajo con niños en situación de calle desde donde pudieran resignificar la noción de trabajo, dignificar su situación de niños trabajadores, nuclearse para la defensa de sus derechos, vender un producto hecho por ellos y desde donde se divulgaran sus voces. Pero la revista no es un fin en sí mismo sino el medio para dar otro paso.



En esta instancia, creemos necesaria la creación de espacios de contención, educativos y recreativos, que permitan al niño desarrollar conocimientos y actitudes para modificar su circunstancia, evaluar el presente y pensarse como hacedor de futuro. Para ello se hace necesario a su vez trabajar para lograr insertar a los niños en los canales de integración social como la educación formal y la familia.



Objetivos
General:



  • Crear un emprendimiento editorial que favorezca la organización de los niños para la defensa de sus derechos.

Específicos:




  1. Potenciar el desarrollo de actitudes y conocimientos en los niños para que modifiquen su circunstancia.


  2. Relevar las condiciones de vida de los niños para diseñar políticas destinadas su integración al colectivo social.


  3. Reforzar los lazos afectivos de los niños con sus familiares.4. Generar en los niños actitudes para el cuidado del cuerpo y la salud.

La Publicación



El director de la revista "el Tomi" es el encargado de las ilustraciones y de la editorial. Los demás integrantes del grupo editorial Mariana Hernádez, Lilian Echegoy, Andrés Nicolás y Salvador Fernández, nos encargamos de las notas y entrevistas.



El punto de partida de los contenidos de la publicación son las historias de vida de chicos que han tenido que trabajar desde muy pequeños. Los temas están siempre relacionados a las problemáticas de la niñez y el contexto nos impone determinados dossier como por ejemplo la situación de los menores en conflicto con la ley, privados de su libertad en comisarías.
En los tres primeros años (2000-2003) se editaron 5 números con un total de 30.000 ejemplares vendidos.



Se le dan 10 revistas a los chicos que la venden a $1 y luego deben reponer $0,30 por cada revista que retiran. Luego las deben pagar por adelantado. Esto es así porque hemos tenido muchos inconvenientes a la hora de la devolución del dinero. A veces los niños se gastan el dinero y no vuelven. Para nosotros este es un punto importante porque no se trata de que el niño sienta que nos compran un producto sino que deben sentir que con su esfuerzo aportan a un proyecto.
El Angel se vende en la zona céntrica de la ciudad porque el grupo de pibes con los que se ha estado trabajando en los primeros tres años transita esas calles.



Se comenzó con un grupo de pibes de un barrio que ya estaban nucleados en espacios de contención. Estos chicos vendían la revista en las facultades y los niños que trabajan en el centro, al tomar contacto con estos, se acercaron a nuestro local y se incorporaron.
Se trata de pibes de ambos sexos cuyas edades oscilan entre los 9 años y los 18 años (en su mayoría pertenecientes a la comunidad Toba).


La intención es comunicar la realidad de niños y niñas en situación de calle o de extrema pobreza y la necesidad de construir un mundo más justo.